1. Empiezas un nuevo día, una nueva semana cargada de proyectos y sueños. La vida te va a sorprender gratamente. Comienza con alegría.
Pide al Buen Dios, en primer lugar, su fuerza y coraje para este nuevo día. Recuerda: "Pedid y se os dará" (Mt. 7,); "Dios es mi refugio y fortaleza. Mi Dios, en ti confío (Salmo 91,2).
Tienes que dar lo mejor de ti mismo en esta jornada.
2. En un segundo momento dile a Dios Padre que quieres vivir hoy como discípulo de Jesús. Dile que quieres que se note que perteneces al grupo de los seguidores del Maestro de Nazaret.
Puedes, para ello, marcarte un pequeño compromiso de superación en alguno de los aspectos en los que sientes que eres habitualmente débil.
3. Concluye con un Padre Nuestro, poniéndote en manos del "Padre". Es nuestra oración por excelencia.También puedes escuchar alguno de los "padrenuestros" que hemos puesto en la sección "Rezar con el Padre nuestro".